Hablar del viaje de luna de miel es sinónimo de paisajes paradisiacos, romanticismo, relax, serenidad, y por qué no exclusividad. De ahí la frase ¡es una vez en la vida! ¿no?. Después de una gran labor de investigación, nos decantamos por Maldivas para la segunda parte de nuestra luna de miel. Escogimos este destino después de un apasionante Safari por Tanzania y la verdad es que fue un acierto. La experiencia del safari es alucinante y única pero, también, es cansada, por lo que es aconsejable, obligatorio más bien, acabar la luna de miel en un destino de ensueño para recargar las pilas y disfrutar sin preocuparse de nada.
Maldivas está organizado por 26 atolones constituido por más de 1.200 islas pero solo 200 están habitadas. Como os podréis imaginar la oferta que existe de resorts en este paraíso es infinita, así que para no volvernos locos nosotros lo hicimos a través de una agencia y finalmente elegimos Anantara Veli Maldives resort, y la verdad es que fue todo un acierto. Para vuestra información, este hotel es solo para adultos y está conectado con su “gemelo” Anantara Dhoni (situado en la isla de enfrente) a través de una lancha. Éste sin embargo es para familias por lo que si vais de luna de miel os recomiendo Anantara Veli.
El trato fue exquisito, el personal es amable y muy atento por lo que su servicio está a la altura de lo que esperas de un hotel de cinco estrellas. Nosotros estuvimos seis días en un Over Water. Nos apetecía vivir la experiencia de dormir sobre el mar y despertarnos con las impresionantes vistas del Océano índico. Hay varios tipos de Over Water, nosotros cogimos el Superior, ya que de esta forma nos asegurábamos que nuestra habitación estuviera situada hacia el final de la pasarela y más “lejos” de la playa. El Over Water tiene una terraza donde puedes tomar el sol sin salir de la villa y además, contábamos con acceso directo al mar para bañarnos o hacer snorkel sin tener que salir de la habitación. Por supuesto hay Over Waters superiores más exclusivos, con bañera con vistas al mar, piscina en la villa… hay muchas opciones para decantarse por la que más se adapte a vuestras necesidades. Desde luego nosotros si volviéramos, está claro que volveríamos a este hotel y a ser posible a la habitación 150.
Anantara Veli, combinación de relax y aventura
Una de las cosas que más nos gustó de este destino y en concreto del hotel es que si quieres “no hacer nada” nada más que relajarte es el lugar perfecto por su paisaje, las vistas el entorno, etc. Solo necesitas tumbarte y disfrutar de un buen libro o dejarte atrapar por sus aguas transparentes. Si por el contrario, te gusta añadir algo de aventura a tu estancia, también estás en el lugar perfecto ya que el resort te ofrece infinidad de actividades para disfrutar de su entorno y naturaleza.
Nosotros queríamos un mix, así que nos decantamos por un par de actividades. Una de ellas fue hacer snorkel con tortugas. Por la mañana nos desplazamos en lancha rápida hasta llegar a un arrecife y allí estuvimos una hora admirando infinidad de peces y tuvimos la suerte de ver y nadas junto a 3 tortugas.
Además, otro día hicimos paravelismo. Ver Maldivas desde el cielo es algo inexplicable, os aconsejamos que si lo hacéis, escojáis la última hora del día porque así podréis ver el atardecer, lo que añadirá un punto mágico a la experiencia.
Si queréis hacer alguna actividad en el mar sin tener que pagar un extra no os preocupéis porque también hay piraguas que son gratuitas. Podéis cogerlas hasta un máximo de dos horas. ¡Solo tenéis que preparar los brazos para remar!
También cabe destacar la excelente oferta culinaria del hotel. Tiene varios restaurantes que cuentan con una gran variedad de comida. Nosotros incluimos en el paquete el desayuno y la cena, y el hotel te proporciona la posibilidad de disfrutar de varios de sus restaurantes: un italiano (Terrazzo), un tailandés (Baan Huraa), un restaurante buffet (73 Degress), y uno especializado en marisco, que actualmente está valorado como el mejor restaurante de marisco de todo Maldivas, «Sea.Fire.Salt». Hay que tener en cuenta que las bebidas no están incluidas y que algunos platos tienen un suplemento. Además de estos restaurantes, la oferta no acaba aquí, también tienen otros restaurantes (no están incluídos pero podéis reservar una vez estéis allí) como por ejemplo el japonés, Origami, que también se sitúa en el listado de los mejores japoneses de Maldivas.
Nosotros además un día nos decidimos por coger el servicio Lagoon lunch, se trata de una comida privada en el mar con un menú delicioso. ¡La experiencia fue de lo más divertida! Un extra más que recomendable especialmente para recién casados como nosotros que quieran añadir el máximo romanticismo posible.
Para poner la guinda al pastel, nos autoregalamos un masaje en el espacio Wellness del hotel. En nuestro caso no estaba incluido pero conocimos a otra pareja que sí que lo tenían, así que suponemos que estos detalles los podéis cerrar a la hora de contratar el paquete. Desde el primer segundo que pisas el Spa te relajas automáticamente, la decoración, la música, los olores…fue muy relajante y perfecto para terminar nuestra estancia en el paraíso de Maldivas.
En cuanto al tiempo, nosotros viajamos en junio y fue fantástico, solo tuvimos un día con lluvia durante el día. El resto de la semana disfrutamos del sol con alguna que otra nube, lo cual se agradecía ya que nos permitía aguantar bajo el sol ya que allí pega muchísimo más fuerte. Eso sí, la mayoría de noches tuvimos tormentas, pero solo duraban unos minutos, es lo que tiene el clima tropical. Lo único malo de este viaje fue tener que volver. Maldivas es sinónimo de excelencia y por lo tanto se convierte en el destino perfecto para la luna de miel, os lo recomiendamos con los ojos cerrados.
Hace pocos años que la Ciudad de las Artes y las Ciencias la puso en el mapa mundial, pero lo más valioso de Valencia sigue esperando a ser descubierto en sus barrios, sus plazas, sus palacios y por supuesto, sus playas y su gastronomía.
Más de 2.000 años de historia a sus espaldas dan para mucho. A continuación, hacemos un paseo por uno de sus lugares más fascinantes: la Ciutat Vella de Valencia.
Uno de los barrios que componen la Ciutat Vella de Valencia y más concretamente su casco histórico, es el barrio del Carmen. Antiguamente delimitado por la muralla musulmana del siglo XI y otra cristiana del siglo XIV, sus comienzos se remontan a hace más de 1.000 años. Toma su nombre del convento e iglesia del Carmen y es sin duda uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad.
No es de extrañar que el barrio del Carmen concentre una buena parte de los sitios de interés más importantes de la ciudad, como lo son las Torres Quarts. Estas torres gemelas de piedra, símbolo de Valencia, formaban parte de la muralla medieval y siguen en pie desde 1460.
Su fachada muestra las cicatrices e impactos de distintos conflictos y asedios que ha sufrido Valencia durante siglos. Se pueden visitar de lunes a sábados de 9:30 a 19:00, y los domingos de 9:30 a 15:00 h a un precio de 2€ (domingos y festivos gratuito).
Hacia el lado noreste del Carmen, se encuentra otra de las puertas que custodiaban la muralla cristiana: el Portal de Serranos, flanqueado por otras dos torres gemelas del mismo nombre. Junto a las Torres de Quart, es uno de los pocos vestigios del ente que defendía la ciudad, después que fuera derribada en 1865.
Considerada la puerta de entrada principal a la ciudad, es uno de los monumentos protagonistas en la Fiesta de las Fallas y en la actualidad se puede subir a lo más alto para disfrutar de las vistas. El horario de visita y precio es el mismo que las Torres Quarts.
Si te diriges en dirección sureste, tras pasar el Palacio de la Generalitat Valenciana, encontrarás la Catedral de Valencia, conocida por todos como La Seu. La construcción de estilo gótico mediterráneo comenzó en 1262, pero la misma abarcó siglos, es por eso que se observan elementos del renacimiento, barroco y neoclásico.
El campanario, también referido como “El Miguelete”, es un prisma octogonal de 51 metros de altura que ofrece preciosas vistas a la Plaza de la Reina.
A pocos minutos de la Seu, se encuentra otro de los tesoros de la Ciutat Vella, la Lonja de la Seda, una construcción civil del siglo XV de estilo gótico civil que se convirtió en todo un emblema del siglo de oro valenciano. Es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1996 y una visita imprescindible en Valencia.
Adyacente a la Lonja, se halla la Plaza del Mercado y el espectacular edificio modernista del Mercado Central de Valencia, considerado el mayor de Europa especializado en productos frescos. Toda una atracción del casco histórico.
Tantos atractivos han convertido al Carmen en uno de los epicentros de la vida social, comercial y cultural de Valencia, donde acuden en masa valencianos y turistas a callejear, cenar, ir de tapas y de fiesta.
Si viajas a Valencia para celebrar el fin de año, mira en este enlace para encontrar ofertas en hoteles y cenas para Nochevieja. No dudes en perderte por sus calles para vivir una de las facetas más animadas y encantadoras de la ciudad.
Hay dos aspectos que llaman la atención tras pasar las imponentes puertas de Aire de Barcelona: una es la cuidada decoración y ambientación y la segunda es la increíble atención. No es algo que sorprenda, Aire es uno de los centros de spa y wellness más atractivos de Barcelona y tras una visita a sus instalaciones, puedo afirmar que es una experiencia increíble para todos los sentidos.
Una de las facetas que caracteriza a este pionero centro de wellness, es el recuperar la tradición ancestral del baño en edificios históricos y únicos. De hecho, Aire de Barcelona ocupa el área de un depósito de carne del antiguo Mercado del Borne, en un edificio que data del período románico. Dentro de los espacios del spa, se integran restos arqueológicos de dicho período, como por ejemplo un antiguo pozo de agua y bóvedas romanas.
Cada detalle ha sido cuidado de forma meticulosa para transportar al visitante a un sitio diferente y extraordinario, desde la tenue iluminación a las esencias que se respiran en el aire. El silencio y la tranquilidad son otros dos elementos que siempre están presentes en Aire, lo cual contribuye a un estado total de relajación.
Para hacer una visita a Aire de Barcelona tan sólo hace falta llevar un bañador. Aún así, si no tienes uno, podrás solicitar uno sin coste adicional. Para que sea una experiencia sin esperas, es recomendable reservar tu visita y el tratamiento que quieras hacer con antelación.
Tras pasar recepción, el personal te guiará al vestuario. Allí te entregarán todo lo que necesitas para el tratamiento que hayas solicitado. En mi caso, fue la experiencia del Baño de Vino by ESDOR, así que en mi taquilla me esperaba un lujoso albornoz color vinotinto, una toalla y zapatillas de baño antiresbalantes.
Este innovador tratamiento es una de las experiencias más singulares y únicas de Aire de Barcelona (y por descontado, una de las más originales que he experimentado). Este increíble ritual se realiza en una sala especial, decorada con un antiguo pozo veneciano de mármol blanco convertido en bañera (que data del siglo XVII) y por dos paneles con más de 1.500 botellas de vino, las cuales dan privacidad a la sala.
El ritual del baño de vino se divide en varias partes, pero la experiencia completa dura alrededor de 3 horas. La primera parte consiste en un baño de 30 minutos para un máximo de dos personas, aunque también se puede hacer de manera individual.
Se trata de una combinación de agua entre 36 y 38º C y un concentrado de vino extraído de la uva tinta de la Ribera del Duero. La fórmula de dicho concentrado, diseñada por Esdor, la marca cosmética de las Bodegas Matarromera, es rica en polifenoles y tiene un efecto antioxidante, tonificante y anti edad.
Tras 15 minutos de un baño íntimo, en donde se puede degustar una copa de vino, uvas o frutos secos, comienza la segunda parte del ritual, la cual consiste en un masaje craneal de 15 minutos que te llevará a un estado total de relajación. A continuación, el tratamiento continúa con un masaje de corporal con una duración de 45 minutos.
El masaje es aplicado con un aceite de pepita de uva de Esdor, la cual es rica en vitamina E y ácidos oléicos y linoléico. Aparte del bienestar y relax que aporta el masaje tras el baño, la ambientación de la segunda planta de Aire es un placer para los sentidos.
Tras una hora y cuarto de mimos, la experiencia continúa recorriendo el circuito de baños termales de Aire, el cual tiene una duración recomendada de 90 minutos. No hay un orden particular para hacer este circuito, sin embargo, lo que más me llamó la atención inicialmente fue el Tepidarium. Este baño de agua tibia a 36º fue perfecta para aclimatar el cuerpo.
Acto seguido, te recomiendo que pruebes el Caldarium, un baño de agua muy caliente a 41º, que se siente como si te arroparan de bienestar. Este circuito está diseñado para relajar pero también para estimular la circulación corporal, es por eso que conviene seguir con una inmersión en el Frigidarium, un baño a una temperatura de 15º con fuente de hielo, que creará una serie de sensaciones de contraste que tu cuerpo lo agradecerá. Si bien el primer momento sientes miles de diminutas cuchillas en el cuerpo, la sensación de vitalidad es inmediata.
Aire de Barcelona también posee un agradable hammam. Este baño de vapor está dotado con aceites esenciales con grandes propiedades curativas y desintoxicantes. Si sientes agobio, el espacio cuenta con una pequeña alberca individual de agua fría que permite darle un receso al cuerpo.
Aparte, encontrarás dos espacios adicionales en este circuito: el Baño de los Mil Chorros, para un exquisito masaje de burbujas y finalmente el Baño de Sal, cuya fuerte concentración salina te hará flotar como si estuvieses en el Mar Muerto. Recuerda que en todo momento, hay agua y té a tu disposición para que te hidrates adecuadamente, así como butacas para el descanso.
Aire Ancient Baths es un referente mundial en centros de spa y wellness. Aire está presente en Sevilla, Barcelona, Nueva York, Vallromanes y Almería (y próximamente en Londres, París y Chicago). Si visitas Barcelona, no dejes de hacer esta experiencia. Entra aquí para más información sobre los tratamientos que ofrecen.
El Congost de Mont-rebei es un precioso desfiladero que hace de frontera entre las comarcas del Pallars Jussà (Catalunya) y La Ribagorza (Aragón). Si bien hace unos años era un paraje totalmente desconocido entre el gran público, últimamente se ha vuelto bastante famoso gracias a su difusión en redes sociales como Instagram. Sin embargo, exceptuando los meses de verano y los puentes (en los que, por desgracia, se masifica de turistas), todavía es un lugar bastante tranquilo en el que disfrutar de actividades deportivas y, por supuesto, unas fantásticas vistas. En este post os explicamos qué podéis hacer en el Congost de Mont-rebei durante un día.
Una de las mejores (y más baratas) maneras de conocer el Congost de Mont-rebei es a pie. Casi todo el camino excavado en la piedra está en el lado catalán, aunque hay un puente que te permite cruzar al lado aragonés y llegar al pueblo de Montfalcó a través de unas espectaculares escaleras de madera. Desde la Masieta (donde se puede dejar el coche) ponemos rumbo sur, hacia el desfiladero, y el río Noguera Ribagorçana, con sus aguas turquesas, nos irá acompañando a nuestra derecha. Según la fuerza con la que nos sintamos y tiempo que tengamos podemos llegar hasta, por ejemplo, la ermita de Quiteria (unos 17 km idea y vuelta, casi 6 horas de trayecto), que está pasada el pueblo de Montfalcó. En wikiloc tenéis un ruta muy bien explicada (en catalán). En el lado catalán hay otra ermita bastante conocida por sus espectaculares vistas: la Pertusa. Aquellos que no se atrevan a cruzar el río pueden ir desde la Masieta hasta la Pertusa siguiendo estas indicaciones. Os avisamos que los atardeceres desde esta ermita son de escándalo.
Los que vayan con niños, las personas más mayores o simplemente los que no quieran andar tanto, se pueden dar la vuelta mucho antes, incluso sin necesidad de llegar al puente. Durante el trayecto, sobre todo en la parte más angosta, encontraréis bancos donde descansar y tomar fotos del desfiladero.
Otra manera de descubrir el desfiladero es desde sus turquesas aguas. Hay seis empresas que alquilan kayaks individuales y dobles, ya sea con o sin guía. Nosotros recomendamos Zenith Aventura, una de las más veteranas de la zona y también de las más ecológicas, pues no entra al desfiladero en lancha a motor, como sí hacen otras empresas. Mont-rebei es un lugar perfecto para ir en kayak, ya que sus aguas son mansas y puedes desplazarte por todo el desfiladero sin dificultad alguna. De hecho, hasta resulta bastante fácil tomar fotos des la embarcación (cuando ya se tiene controlado el equilibrio, eso sí). La mayoría de empresas que alquilan kayaks ofrecen un bote estanco en el que podremos dejar los objetos de valor que no queremos que se mojen. Como en el caso de las excursiones a pie, si os decantáis por el alquilar un kayak podéis escoger diferentes rutas: ir y volver desde la Masieta hasta la base de la ermita de Mare de Déu de la Pertusa, por ejemplo, hacer un tramo en kayak y volver a pie (opción que facilitan diferentes empresas), etc. Eso lo deberéis hablar con la empresa que acabéis eligiendo, aunque por lo general son bastante flexibles.
Finalmente, además de por tierra y agua, el congost de Mont-rebei también se puede visitar desde el aire. Nosotros no lo pudimos hacer por causas biológicas (pesamos más de 75 kg 😛 ), pero si no llegáis a este peso y no os dan miedo las alturas podéis disfrutar de unas magníficas vistas desde un parapente o un ala delta, tal como se aprecia en esta preciosa foto.
La mayoría de salidas se hacen desde la vecina localidad de Àger, una de la más famosas a nivel mundial para la práctica de estos deportes y donde tienen sede bastantes empresas de actividades deportivas.
Como ya hemos dicho anteriormente, esta zona natural tiende a sufrir aglomeraciones de visitantes en momentos puntuales, como verano o puentes (Constitución, Segunda Pascua, etc). En este sentido, recomendamos visitar Mont-rebei en temporada baja (los meses de abril, junio, setiembre y octubre son fantásticos) y evitar festividades. Si sólo podemos ir en verano, es mejor hacerlo entre semana, pues hay menos gente que el sábado o el domingo.
También debemos tener en cuenta llevar abundante agua y provisiones (galletas, frutos secos, un bocadillo…). En el Montsec (‘monte seco’ en catalán), la sierra donde se encuentra Mont-rebei, suele hacer mucho calor y tras andar varias horas conviene que nos hidratemos y comamos algo para no desfallecer (no hay ningún bar ni restaurante cerca). Además, en verano el sol es muy fuerte, por lo que será imprescindible el uso de gorra, gafas de sol y crema solar.
Aunque no nos constan accidentes mortales, el desfiladero no tiene ninguna barandilla o medida de seguridad y en algunos tramos el camino es muy estrecho. Es por ello que recomendamos caminar siempre por nuestra derecha, con precaución y sin correr. En el caso de ir con niños pequeños o perros es muy conveniente tenerlos vigilados de cerca.
Uno de los motivos por los cuales este paraje se ha mantenido en el anonimato es que es bastante inaccesible. Mont-rebei se encuentra a casi 3 horas de Barcelona en coche y el último tramo es de muchas curvas. Se puede llegar de diferentes maneras a Mont-rebei o visitarlo desde diferentes puntos, pero seguramente el más cómodo –y también más frecuentado– sea a través de la Masieta, donde hay varios aparcamientos y un punto de información, como hemos dicho antes. Desde abril de 2017 se tiene que reservar plaza de aparcamiento en esta página web, una de las nuevas medidas para evitar la saturación de turistas en verano y en festividades.
En cualquier lugar del mundo cada día sale y se pone el sol. Es un hecho natural que pasa en nuestra cotidianidad. Pero existe un lugar donde el atardecer se convierte en el espectáculo más esperado del día. El momento cumbre de la isla de Santorini.
La fama de su puesta de sol es universal, pero debemos saber bien dónde ubicarnos para contemplar un hecho natural que en Santorini se convierte en un fenómeno cotidiano.
Fira, la capital de Santorini, es uno de los lugares más típicos para ver el atardecer. Y no hay más que acercarse a una de sus serpenteantes calles y, eso sí, al menos una hora antes de la hora estimada de la puesta del sol, hay que ubicar un espacio para ello. Existen decenas de bares perfectamente ubicados para disfrutarlo con una copa de vino y con música de fondo. Eso sí, a precios astronómicos.
Oia es para muchos sin duda el mejor lugar para ver la puesta del sol en Santorini. Aunque en la misma isla ambas poblaciones rivalizan al respecto y dicen que es mejor su atardecer que el otro. Sinceramente desde ambos sitios puede contemplarse de la misma manera. Sin embargo, en Oia existe un espacio privilegiado para ello. Se trata del antiguo castillo de Oia. Por suerte, se puede acceder gratuitamente por lo que no es necesario gastarse tanto dinero en un bar con vistas al atardecer. El lado negativo es que para asegurarse un buen lugar es necesario llegar allí con suficiente tiempo de antelación. Suele estar muy concurrido.
Sin embargo, hay otro rincón de Santorini donde el sol de despide del Egeo a lo grande. Al sur de la isla, en la misma carretera que conduce al Faro de Akrotiri hay varios algunos miradores públicos, pero también varios bares perfectamente acondicionados para ello y quizás con mucho menos afluencia de gente comparado con Fira y Oia. Si hay la oportunidad de ver más de dos atardeceres en Santorini, sin duda el sur de la isla ofrece la puesta más “lounge”.
De las muchas cosas curiosas y sorprendentes que aprendí sobre Tenerife, es que el Teide continúa siendo un volcán activo. Un hecho un poco inquietante -más sabiendo que la última erupción en la isla fue en 1909- pero que al mismo tiempo le imprime un toque de misticismo a la ascensión al Teide, una actividad que tuve la oportunidad de realizar en el Travel Bloggers Meeting (#TBMTenerife), gracias a los amigos de Volcano Teide.
Si bien a simple vista el pico más alto de España no parece tener mucha actividad volcánica, de cerca puedes comprobar todo lo contrario. Prueba de ello son las fumarolas que desprenden calor y un intenso olor a azufre en determinados puntos. Pero para comprobarlo hay que comenzar subiendo al Teide. En mi experiencia personal, hice la ascensión en teleférico, sin duda, la más cómoda y rápida.
La base del teleférico del Teide está situada a 2.356 metros sobre el nivel del mar. Desde allí, sólo se tardan 7 minutos para llegar a la estación final del teleférico, situada a 3.555 metros.
Nada más salir del teleférico encuentras el pico del Teide a escasos 162 metros. Desde este punto, es posible hacer varias excursiones, incluso un sendero que permite ver el cráter de cerca, sin embargo, es necesario solicitar un permiso especial.
La sensación de encontrarte, no sólo en el punto más alto de España, sino también el más alto de todas las tierras que emergen del Atlántico es sobrecogedora, pero esta sensación se acrecenta sobre la marcha.
En estas líneas contaré la experiencia realizada haciendo el sendero hasta el mirador de Pico Viejo. A pesar de la notable disminución de oxígeno, esta ruta es de dificultad baja.
Las vistas que comienza a regalar este sendero son absolutamente preciosas. Desde el camino es posible ver la estación base y la enorme extensión que lo rodea, así como el eterno mar de nubes que abraza al Teide. La llegada al mirador de Pico Viejo tampoco tiene desperdicio, ya que desde este punto es posible ver el Atlántico y las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro, si tienes la suerte de ir en un día despejado.
Pico Viejo es el segundo cráter más alto de Tenerife y de Canarias, con 3.135 msnm. Aquí tuvo lugar la penúltima erupción de Tenerife en 1798, la Erupción de Chahorra, la cual estuvo arrojando material volcánico a la atmósfera durante tres meses.
Junto al pico del Teide, son los únicos del archipiélago en superar los 3.000 metros. Su cráter, visible desde el mirador, tiene unos 800 metros de ancho
Esta ruta la puedes hacer por tu cuenta o con una visita guiada, la cual es muy recomendable. Yolanda, de Volcano Teide, aparte de desvelar grandes datos y curiosidades sobre el Teide, nos indicó los sitios precisos para tomarle el pulso a la montaña y sentir sus emanaciones térmicas.
Por si fuera poco, también tienes la oportunidad de hacer otra de las actividades más interesantes que se ofrecen en el Teide: el tour astronómico y observación de estrellas. Este tour incluye una visita guiada por el Observatorio del Teide, el mayor complejo de telescopios solares en el mundo. Aparte de la observación y estudio del sol, también hay todo un complejo de telescopios nocturnos que han conseguido importantes descubrimientos sobre el cosmos.
No hay que ser un amante de la astronomía para disfrutar de esta experiencia. De hecho, en la visita guiada se utiliza un lenguaje sencillo y ameno y así aprender cosas fascinantes sobre el universo y la ciencia.
Tras la visita, viene una de las partes más esperadas, presenciar el atardecer con el Teide de fondo. El momento de brindar con cava ante este panorama es mágico e inolvidable. La experiencia continúa con una cena cóctel de exquisitos productos canarios y culmina con una última experiencia: la observación del cielo estrellado de Tenerife con un guía especializado.
La afirmación de que estamos ante uno de los mejores cielos del mundo para la observación del cielo es más que sólida cuando consigues ver la noche más estrellada que puedas imaginar. Las palabras del guía no sólo te harán reconocer las constelaciones, sino que también podrás observar cuerpos celestes a través de potentes telescopios. En mi caso, no puedo olvidar la imagen de Júpiter y cuatro de sus lunas.
Para esta experiencia, recuerda llevar calzado cómodo y ropa de abrigo, ya que de noche las temperaturas bajan considerablemente. Por último, tener en cuenta que Tenerife es mucho más que sol y playa y que guarda infinidad de rincones que vale la pena descubrir.
Sant Cugat es una interesante alternativa para un day tour desde Barcelona. Aquí encontrarás patrimonio histórico y espacios creativos singulares a muy poca distancia de Barcelona.
La fundación del Monasterio de Sant Cugat se sitúa en el siglo IX, en el contexto de la expansión de la comunidad benedictina en los condados catalanes apoyada por la corona francesa. Durante los siglos X y XI, la comunidad de Sant Cugat experimenta un gran crecimiento y tendrá mucha influencia política y espiritual en la zona. Fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 1931.
El claustro del monasterio cuenta con uno de los conjuntos de escultura románica mas importantes de Cataluña y del patrimonio románico en general. Fue construido en 1190 y conserva aún la firma de su autor, el mestre Arnau Cadell.
El conjunto de edificaciones del Real Monasterio de Sant Cugat está formado por la iglesia que tiene adosado el campanario, el claustro y sus construcciones anexas. Delante de la iglesia se encuentra el Palacio del Abad. Hay muchos elementos dignos de observar con atención como el Portal Mayor y la Cruz de Terme.
En el mismo complejo se encuentra el Museo de la ciudad y parte de los muros de la antigua muralla exterior de la primitiva Sant Cugat.
Unos pasos nos separan de la vida monástica medieval con la sensualidad de Marilyn Monroe ¿Cómo es eso?
Cruzando la Plaza Octavià, está Cal Gerrer, una antigua fábrica de cerámica hoy convertida en una casa museo. Allí se exhibe una buena muestra de obras de artistas locales, objetos que pintan muy bien el pasado de la ciudad y una interesante colección que gira alrededor de la figura del mito de Hollywood.
Estamos ante una de la mayores colecciones privadas de objetos y memorabilia sobre Marilyn Monroe. Desde carteles de sus películas mas famosas, pasando por objetos cotidianos de la vida de la “bomba rubia” hasta una inmensa biblioteca y hemeroteca sobre la artista.
El nuevo Mercat Vell de Sant Cugat es un espacio gastronómico para el paladar gourmet, pero al mismo tiempo aún conserva las funciones de mercado popular. Allí se pueden comprar productos de la zona, comer, beber y compartir experiencias gastronómicas.
Se ubica en un edificio centenario y modernista en la plaza Sant Pere que se ha convertido recientemente en un mercado elegante acorde al siglo XXI. Una decena de paradas y puestos de restauración ofrecen una amplia gama de productos y oportunidades para comprar o degustar.
Frutas y verduras, cocina japonesa o argentina, carnes, embutidos, platos mexicanos, crepes o panes de la mas alta calidad, elaborados allí mismo y recuperando la tradición panadera local. Un lugar ideal para vivir experiencias gourmet tanto para vecinos como para visitantes.
El núcleo urbano mas antiguo de Sant Cugat se presta a ser recorrido a pie o utilizando las bicicletas eléctricas de alquiler.
Presta atención a los distintos estilos y épocas de construcción que encontrarás. Desde casas de los siglos XV o XVI hasta bellos ejemplos modernistas. Entre estos últimos es digno de destacar la Bodega Modernista.
Declarada Bien de Interés Cultural, la bodega cooperativa fue diseñada por César Martinelli y construida en 1921 con los típicos arcos parabólicos de ladrillos.
Un par de ejemplos de Modernismo residencial son las casas de Enric Pi en la calle de Sant Medir números 27 y 29, proyectadas por J.Batllevell en 1907.
Sant Cugat nos llama a perdernos entre las tiendas y espacios de Mercantic. Un gran complejo en el que encontramos todo para pasar un día diferente. Una enorme librería de viejo, un teatro, un espacio gastronómico para talleres culinarios, un bar con aire retro donde regalarnos un buen vermut, tiendas de decoración, food trucks y hasta una galería de arte donde se gestan obras siguiendo las últimas tendencias.
Un espacio multifacético que no te dejará indiferente y donde seguramente encontrarás ese algo especial que estabas buscando.
Como ves, Sant Cugat nos sorprende con una importante historia, un patrimonio digno de conocer y muchas alternativas que llenarán fácilmente una escapada desde Barcelona.
Imagen destacada: Kar Sol via Shutterstock
Descubrir New York en pareja es una experiencia realmente alucinante. Estamos hablando de la ciudad más cosmopolita y moderna del mundo, un auténtico privilegio para los amantes de los viajes, que reúne casi todas las culturas del mundo. En nuestro viaje por Nueva York no nos olvidamos del New York Pass para 5 días, un verdadero descubrimiento que, os aseguramos, merece la pena.
Y es que, con esta tarjeta, conseguimos que nuestro recorrido por la Gran Manzana neoyorquina resultase mucho más fácil y económico. Incluye entradas gratuitas al menos a 88 de las atracciones más importantes de la ciudad sin tener que esperar largas colas y con grandes descuentos en numerosos comercios. Todos sabemos que Nueva York es una ciudad cara, pero esta tarjeta inteligente nos permite movernos con total libertad gracias a sus grandes ventajas.
Qué puedes visitar con la New York Pass
La ciudad de Nueva York se rendirá a vuestros pies en vuestro viaje hacia este foco de la cultura mundial. Os recomendamos explorar sus magníficos rincones donde podréis crear recuerdos inolvidables juntos.Nosotros nunca olvidaremos la mañana que pasamos en el mirador del Empire State Building mientras disfrutabamos del skyline de Nueva York, ni las numerosas instantáneas que hicimos en la imponente y emblemática Estatua de la Libertad, a la que llegamos en ferri gracias a esta tarjeta. Asimismo, podréis disfrutar y descubrir juntos algunos de los museos más impresionantes del planeta, como el Metropolitan Museum of Art, el MoMA o el Guggenheim y visitar el World Trade Center y el Madison Square Garden. El «coliseo más famoso del mundo», donde han competido estrellas del boxeo como Muhammad Ali o Mike Tyson y que a su vez es el auténtico santuario de los New York Knicks. Podréis visitar sus instalaciones, vestuarios, palcos y salas de trofeo de forma gratuita con tu New York Pass.
Al atardecer, os recomendamos un agradable paseo en bicicleta por central park, también incluido. Además podréis acceder al Rockefeller Centre, que tiene 70 plantas y una altura de 266 metros. Su mirador Top of the Rock os proporcionará una vista inmejorable del Central Park y del propio Empire State Building. Otro momento para una instantánea inolvidable. Tampoco podéis dejar de disfrutar gratis de la visita al museo de cera más famoso del mundo, el Madame Tussauds, donde nos reunimos con Obama en el propio despacho oval. ¡Fue impresionante!
La verdad es que nuestra experiencia fue muy buena. Hicimos el cálculo y nos permitió ahorrar bastante dinero y ¡tiempo! ya que evitamos hacer largas colas en los lugares de interés. Además, recibimos de regalo una guía gratuita de bolsillo de unas 200 páginas, que incluía datos interesantes de todos los lugares, además de una gran cantidad de ofertas especiales para restaurantes y lugares de ocio.
En definitiva, os animamos a descubrir las grandes ventajas que os ofrece la New York Pass de 5 días en vuestro viaje por Nueva York. Vuestra visita a la capital mundial será una experiencia fascinante y maravillosa que seréis capaces de aprovechar al máximo.
Catalunya es tierra de vinos desde que los griegos desembarcaron en el Empordà. Aunque en nuestra historia reciente la fama se la ha llevado el Penedès, cada vez se hacen mejores caldos en denominaciones más pequeñas como Costers del Segre, Alella o Terra Alta. Hasta hace pocas semanas no relacionaba para nada la comarca del Bages con vino, pero eso cambió cuando nos invitaron a descubrir que el Bages és Terra de Vins (el Bages es Tierra de Vinos).
Hoy apenas se cultivan unas 650 hectáreas de viñedo en todo el Bages pero… ¡a finales del siglo XX había más de 27.000! De hecho, esta era la zona vinícola más importante de Catalunya gracias a la gran demanda de vino y aguardiente procedente del norte de Europa y también de otras zonas más cercanas, como los Pirineos.
La excursión que proponemos empieza a cuatro kilómetros del pueblo el Pont de Vilomara, antes de llegar a Rocafort, y se adentra por los valles del Montcau, en el Parc Natural de Sant Llorenç de Munt i l’Obac. Lo que hoy es un bosque frondoso hace un siglo estaba lleno de viñedos. Escondidos entre los pinares encontramos unas curiosas construcciones: las tinas. Estas estructuras de piedra se usaban para almacenar y también hacer la vendimia in situ, antes de que los transportistas cargaran barriles en sus burros para llevarse el vino a sus destinos.
Las tinas son un testimonio silencioso del pasado vinícola del Bages y hay decenas de ellas repartidas por varios bosques de la zona. Las más grandes llegaban a tener cinco metros de altura y una capacidad de hasta 45.000 litros, aunque había también algunas más pequeñas que apenas albergaban 1.000 litros de vino. Si a finales del siglo XIX este el paisaje estaba inundado de cepas, ¿cómo es posible que en la actualidad todo esto sean bosques y apenas haya medio millar de hectáreas dedicadas al cultivo de vino? Pues porque la llegada de la filoxera acabó con la totalidad de viñedos, que fueron sustituidos, principalmente, por pinos. Si a esto le sumamos la aparición de industrias en las riberas de los ríos cercanos tenemos como resultado que los agricultores cambiaron el campo por las fábricas, donde el salario, aunque bajo, estaba garantizado.
Por suerte no hace pocos años nació la iniciativa Bages Terra de Vins, que intenta recuperar el legado vinícola de la comarca y dar a conocer las variedades locales (como la Picapoll), las tinas y las bodegas que hoy producen vino, que son 13 en total.
Muy cerca del los bosques que esconden tinas se encuentra Mura, uno de los pueblos más pintorescos de Catalunya. Situado a las puertas del Parc Natural de Sant Llorenç de Munt i l’Obac, este pueblecito de piedra está lleno de rincones mágicos en los que perderse para observar y hacer fotos. Además, resulta un punto de partida perfecto para explorar la zona.
Paseando por las callejuelas de Mura podemos encontrar una iglesia, una ermita y varias tiendas auténticas, además de restaurantes y…¡hasta 70 fuentes! A escasos kilómetros de Mura, desde donde salen diferentes itinerarios, hay molinos, más ermitas y cuevas, siendo la más famosa el Puig de la Balma.
Y si pasear por el pueblo se queda corto, a un kilómetro, junto a la riera de Nespres, podemos realizar un viaje al pasado cruzando sólo una puerta: la puerta de entrada al Molí del Mig. Este molino data del siglo XI y se usó durante diez siglos para la producción de harina, aceite y vino. Además, alberga un sinfín de objetos de trabajo y cotidianos de otras épocas que sirven para explicar a los más pequeños (y no tan pequeños) cómo era la vida en un pueblo hasta no hace tantas décadas.
Tras un largo paseo y la visita al molino el molino el estómago seguramente empiece a dar muestras de hambre, así que toca buscar restaurante. Uno de los más conocidos es Cal Carter, ubicado en el mismo centro de la población y a al lado de un parking público. Este restaurante familiar fundado hace 52 años por la familia Perich ofrece cocina tradicional catalana, carnes a la brasa y escalivadas, aunque también se aventuran con algunas creaciones más sofisticadas.
Sin duda alguna, su plato estrella son los garbanzos gratinados con bacalao y alioli. Estos garbanzos, más pequeños que los normales, se deshacen en la boca. Como no podría ser de otra manera, en la carta de vinos de Cal Carter encontraréis una nutrida variedad de vinos del Bages.
Si quieres descubrir el Bages en grupo o familia y quieres que te organicen toda la salida (excursión, explicaciones, cata, comida, etc.) te recomendamos que contactes con Bages Terra de Vins. ¡Ofrecen experiencias para todos los gustos!
Si eres de los que disfruta aprendiendo sobre vino o las tradiciones de un lugar, paseando entre frondosos bosques o callejear por pueblos encantadores, el Bages te gustará. Te dejamos la página web oficial de Bages Turisme y la web de Barcelona és molt més en la que destacan los principales puntos turísticos de esta comarca.
Uno de los ríos de mayor importancia en la península ibérica es el Guadalquivir. Testigo de miles de años de historia y protagonista de muchos eventos que marcaron la historia de Sevilla, este gran río navegable forma una parte esencial de la ciudad y su presencia fue clave en la transformación de Sevilla en una potencia mundial. Navegar el Guadalquivir es imprescindible para entender parte de la historia de Sevilla, tanto antigua como reciente, además de tener la oportunidad de observarla desde otro punto de vista.
Cruceros por el Guadalquivir. Imagen: Marques via Shutterstock
El recorrido comienza a los pies de uno de los iconos de Sevilla: la Torre del Oro, cuya presencia es imposible de obviar. La primera parte es en dirección sur y desde este tramo es posible ver varios monumentos de importancia en Sevilla como el Palacio de San Telmo y el Parque de Maria Luisa, así como el Acuario y la Noria de Sevilla. Después de calentar motores, el barco da una media vuelta en el Puente del V Centenario (construido para la Expo Sevilla 1992) y aquí es donde comienza el verdadero recorrido.
Tras atravesar el Puente de las Delicias y el Puente de los Remedios, nos aproximamos de vuelta a la Torre del Oro y a su ribera opuesta, la calle Betis, la cual se extiende entre el Puente de San Telmo hasta el de Isabel II, también conocido como el Puente de Triana, uno de los más famosos de Sevilla. El puente, que se inspiró en el ya desaparecido Puente del Carrousel de París, fue el primer puente estable de la ciudad desde 1852.
La ruta prosigue con la presencia a la derecha de la Plaza de Toros, el estiloso Mercado de la Lonja del Barranco para cruzar el peculiar Puente del Cachorro y comenzar a bordear las instalaciones de los antiguos pabellones de la antigua Expo 92. La silueta del rascacielos Torre Sevilla y del Puente del Alamillo de Calatrava se dibujan de forma permanente en el horizonte.
Para más información sobre monumentos, actividades y todo lo que hay que ver en Sevilla, haz click en la web de Visita Sevilla o descarga la app de Visita Sevilla, disponible para iPhone y Android, para tener toda Sevilla en tu móvil.
Para disfrutar de esta experiencia, dirígete hasta el Muelle del Marqués del Contadero, donde se encuentra el embarcadero de los Cruceros Torre del Oro, el cual realiza este y otros recorridos por el Guadalquivir en un barco de amplia cubierta y con comentarios informativos en varios idiomas. Puedes terminar el día esperando el atardecer por el Guadalquivir y terminar paseando por la Calle Betis, donde hay gran variedad de bares y restaurantes y un gran ambiente.
Puente de Triana. Imagen: LucVi via Shutterstock
El Guadalquivir con la calle Betis de fondo. Imagen: LucVi via Shutterstock
Nos despedimos con esta romántica imagen de la Torre del Oro al atardecer, sin duda una imagen que sólo consigue generar nostalgia de una ciudad a a que hay que volver una y otra vez.
Si buscas dónde dormir en Sevilla, Pierre & Vacances cuenta con una sucursal en la ciudad. Ubicado en el barrio de Triana, a pocos pasos de la Calle Betis y la Torre del Oro, cuenta con todas las comodidades de un hotel y las ventajas de un apartamento para que tu alojamiento en Sevilla sea inolvidable.
Muchas cosas se pueden decir sobre Gotemburgo, una ciudad de gran importancia industrial que convive en armonía con la naturaleza, que tiene el honor de ser el puerto más grande de Escandinavia y en donde la cultura ocupa un lugar predominante, sin embargo, un aspecto por el que la segunda ciudad más poblada de Suecia se ha dado a conocer en los últimos años es por su gastronomía.
Esta reputación, no solamente se sustenta por el hecho de que los mariscos y el pescado que se recoge en las aguas de su archipiélago están considerados como los de mejor calidad en Suecia y toda la región, sino que además Gotemburgo cuenta con 7 restaurantes galardonados con una estrella Michelin, algo que llama la atención en una ciudad que apenas supera el medio millón de habitantes.
Dos grandes mitos sobre Suecia se derrumban en Gotemburgo. En primer lugar, que su gastronomía va mucho más allá del salmón, el arenque ahumado y las albóndigas suecas y en segundo lugar, que se trata de un país caro. Con opciones para todos los gustos y bolsillos, los restaurantes que listamos a continuación los hemos probado personalmente en nuestro último viaje a Gotemburgo.
El Mercado de Pescado es un icono de Gotemburgo. También conocido como la Iglesia del Pescado por su peculiar diseño, además de comprar productos frescos del mar de primera calidad, también puedes probar alguna especialidad local en el restaurante Gabriel, que se encuentra en la segunda planta del mercado. Con un menú que no ha cambiado en sus últimos 30 años, Gabriel ofrece pescados y mariscos de temporada en un ambiente informal y encantador.
Atendido personalmente por Johan, hijo del fundador del restaurante, en Gabriel te recomendamos que pruebes “la captura del día”, con la garantía de que vas a probar un pescado más fresco imposible. De primer plato, no dejes de probar una sopa de pescado y gambas con nata cuya receta se mantiene secreta.
En verano puedes comenzar con un entrante de ostras frescas (Johan ha sido campeón en el Campeonato Mundial de Apertura de Ostras) y si viajas en otoño, no te pierdas la temporada de langostas. Si quieres parecer todo un lugareño, pide un Black Velvet, una bebida que consiste en una mezcla de champaña con Ostronporter, una marca de cerveza negra local.
El restaurante no acepta reservas y es muy concurrido, por lo que conviene llegar temprano o bien después de las 14:00 horas donde la afluencia ya ha bajado un poco, así que no te dejes intimidar por las largas colas.
Horario: de martes a sábados, de 11:00h a 16:00h. Está cerrado por las noches.
Horario del mercado de pescado: de martes a viernes de 10:00h a 18:00h y los sábados, de 10:00h a 15:00h.
Precio aproximado: unos 20-25 euros por persona (sin alcohol).
Con una decoración exquisita, el restaurante Atelier, ubicado en la cuarta planta del hotel Pigalle, fue todo un descubrimiento gastronómico. Atelier tiene un menú que cambia según la temporada, ofreciendo un concepto kilómetro 0, con productos cultivados en la región y de productores locales, pero con un toque francés. Para comenzar, pedimos un plato de anguila ahumada con patatas y cebollas frescas y crema agria, acompañado de Kalix, caviar sueco proveniente de Laponia.
De segundo, un delicado filete de ternera sueca, aderezado con trufas, tomate y médula de buey y acompañado por los vegetales más sabrosos que he probado en mi vida. De postre, fresas de la región con crujiente de galleta, helado de vainilla y ruibarbo dulce. Definitivamente, de lo más sofisticado y delicioso que probé en Gotemburgo. Si bien se puede pedir a la carta, Atelier también ofrece un menú de 3 o 4 platos (según la época del año).
De ambiente relajado y ecléctico, Familjen ofrece cenas y comidas de exquisito gusto sueco, una generosa lista de vinos y cervezas y porciones abundantes de gran calidad. El trato, que está a la par de la comida, merece una mención aparte, pero lo mejor de todo es la oportunidad de disfrutar de una gran comida con una excelente relación calidad-precio en un restaurante que ha recibido la distinción Bib Gourmand, un galardón otorgado por la Guía Michelin.
Ubicado muy cerca del Götaplatsen, el epicentro cultural de Gotemburgo, en Familjen probamos un menú con una ensalada verde con salmón ahumado y eneldo, seguido de un pollo sueco, aderezado con pesto de estragón, caldo de pollo y acompañado de brócoli y espárragos blancos. De postre, fresas silvestres de Skara, cubiertas de sorbete de ruibarbo con bizcochos y crema.
La avenida de Kungsportsavenyn (más popularmente llamada simplemente Avenyn) es una de las vías más animadas y concurridas de Gotemburgo. Con una alta concentración de restaurantes, hoteles, bares y clubes nocturnos, es el sitio para salir de noche y empaparte del ambiente nocturno de la ciudad, otra de sus principales características. En plena Avenyn se halla el restaurante Lipp Brasserie, con una buena dotación de platos clásicos franceses e internacionales con un toque local.
Lipp Brasserie ofrece alternativas vegetarianas, de pescado y carne que varían según el día de la semana. En mi caso, el pescado del día, merluza a la plancha servida en un caldo de patatas, puerros, zanahorias y brócoli con una cubierta de crema de aguacate, cebolla y eneldo fue una elección acertada. Además de pedir a la carta, se ofrecen menús express, donde puede pedir un steak tartar o un entrecot a la plancha con patatas fritas y salsa bearnaise por 155 SEK (16,30 euros sin bebida).
Mr P es otro de los restaurantes que probamos en Gotemburgo. Ubicado al lado del Museo de Arte de Gotemburgo, en Götaplatsen, se trata de un sitio moderno, chic y lleno de arte, con influencias gastronómicas de todo el mundo. Más allá del tradicional plato individual, el estilo en Mr P es el de compartir varios platos.
En nuestro caso fue un menú de 3 platos para compartir, uno de rollos de primavera con champiñones, repollo, rábano y mayonesa con chile, seguido de un steak tartar con remolacha, alcaparras, mayonesa de dijon y finas patatas fritas, De último, un gran plato de sashimi de salmón con jengibre, pepino, semillas de sésamo y salsa de ostras. Para finalizar, dos postres, comenzando con una compota de ruibarbo y miel, helado de vainilla, croutons y hierba luisa, seguido de un sorbete de frambuesa, pan de regaliz y salsa de piña.
Durante nuestra estadía, nos alojamos en el Hotel Scandic Rubinen, un hotel céntrico, cómodo y moderno, que sigue los dictados del “swedish way of life”, donde el lujo se aleja de lo recargado. Amplias habitaciones entre 11-15 m² y 23 m², gimnasio, wifi gratuito y un delicioso servicio con desayuno incluidos hicieron que nuestra estancia fuera extraordinaria.
Agradecemos también a Goteborg & CO y a Iberia Express, quienes nos trasladaron hasta Gotemburgo dentro de su programa de vuelos de verano, el cual cuenta con dos vuelos directos semanales desde Madrid, con servicio de entretenimiento a bordo para dispositivos móviles y mayor comodidad en su clase Business Express.
Nueva York es un destino que hay que visitar no una, sino varias veces en la vida. Sin importar cuántas veces hayas ido, Nueva York siempre ofrece una sensación de novedad y frescura, así como una gran expectativa de conocer sus nuevas facetas. Sin embargo, hay cosas que nunca cambian, es por eso que queremos recomendarte cinco iconos clásicos de Nueva York que son imprescindibles de ver.
Nueva York consigue reinventarse una y otra vez, pero estos 5 atractivos nunca pasan de moda.
Observatorio Top of the rock. Imagen: Firegio via Shutterstock
Subir a lo alto de un rascacielos es un plan casi obligatorio en Nueva York, pero habiendo conocido ya el observatorio del Empire State, en esta ocasión queremos subir a otro icono, el Rockefeller Center.
Ubicado entre los pisos 67 y 70 del famoso rascacielos, este observatorio cuenta con 6 niveles distintos a unos 260 metros de altura, un ascensor con cubierta panorámica con show de luces para culminar con unas vistas increíbles de Manhattan.
Paseo peatonal del Puente de Brooklyn. Imagen: TTstudio via Shutterstock
Más allá que un puente que conecta la parte baja de Manhattan con Brooklyn sobre el East River, el Puente de Brooklyn es un icono de Nueva York en sí mismo, ilustrando una buena parte de las imágenes promocionales de la ciudad. Esta maravilla de la ingeniería, que ya ha cumplido más de 130 años de inaugurado, tiene una vía para peatones y bicis que recorren sus 1.825 metros de longitud.
Manhattan Bridge desde el barrio de DUMBO. Imagen: LouieLea via Shutterstock
Tras cruzar el puente, continuaremos recorriendo el barrio de DUMBO (Down Under the Manhattan Bridge Overpass), que ya se le conoce como el nuevo SoHo y figura entre los barrios de moda de Nueva York.
El que fue antiguamente una zona portuaria algo degradada, aparentemente en la actualidad ha renacido con la presencia de galerías de arte y tiendas de moda. De visita obligada será el Empire Fulton Ferry Park y el renovado Jane’s Carousel, donde se pueden ver las mejores vistas de lower Manhattan y las siluetas del Puente de Brooklyn y Manhattan.
Parte exterior de "Oculus" de Calatrava. Imagen: Ron Cogswell via Flickr
Formalmente llamado “Oculus”, el Centro de Transportes del World Trade Center es una de las nuevas construcciones de Nueva York que más atención han causado. Ya sea por la polémica del enorme gasto de la obra diseñada por Calatrava o por su llamativo diseño, no hay duda que estamos ante uno de los nuevos iconos de Nueva York.
One World Trade Center. Imagen: Alexey Smolyanyy via Shutterstock
Otra de las atracciones pendientes de Nueva York es la visita al observatorio del Freedom Tower o One World Trade Center, la torre de oficinas construida muy cerca de las antiguas Torres Gemelas. La entrada al observatorio “See Forever”, incluye una interesante exhibición multimedia y un ascensor que simula una vista panorámica de Nueva York, al tiempo que muestra la evolución urbanística de la isla de Manhattan hasta llegar a la plantas 100, 101 y 102 del edificio más alto de Estados Unidos (541 metros).
Y es que subir a un rascacielos en Nueva York siempre es una experiencia fuera de lo ordinario. Arriba, a 381 metros de altura, esperan tres niveles de observación, más exhibiciones multimedia, así como un bar y un restaurante con las vistas más impresionantes de Nueva York.
Puedes continuar la lista de lugares a visitar en Nueva York con Columbus Circle, Bryant Park, Meatpacking District, Tribeca, así como a los museos Guggenheim y MOMA, entre otros. Nos puedes comentar cuáles te gustaron más en los comentarios. ¡Buen viaje!