Catalunya es tierra de vinos desde que los griegos desembarcaron en el Empordà. Aunque en nuestra historia reciente la fama se la ha llevado el Penedès, cada vez se hacen mejores caldos en denominaciones más pequeñas como Costers del Segre, Alella o Terra Alta. Hasta hace pocas semanas no relacionaba para nada la comarca del Bages con vino, pero eso cambió cuando nos invitaron a descubrir que el Bages és Terra de Vins (el Bages es Tierra de Vinos).
Hoy apenas se cultivan unas 650 hectáreas de viñedo en todo el Bages pero… ¡a finales del siglo XX había más de 27.000! De hecho, esta era la zona vinícola más importante de Catalunya gracias a la gran demanda de vino y aguardiente procedente del norte de Europa y también de otras zonas más cercanas, como los Pirineos.
La excursión que proponemos empieza a cuatro kilómetros del pueblo el Pont de Vilomara, antes de llegar a Rocafort, y se adentra por los valles del Montcau, en el Parc Natural de Sant Llorenç de Munt i l’Obac. Lo que hoy es un bosque frondoso hace un siglo estaba lleno de viñedos. Escondidos entre los pinares encontramos unas curiosas construcciones: las tinas. Estas estructuras de piedra se usaban para almacenar y también hacer la vendimia in situ, antes de que los transportistas cargaran barriles en sus burros para llevarse el vino a sus destinos.
Las tinas son un testimonio silencioso del pasado vinícola del Bages y hay decenas de ellas repartidas por varios bosques de la zona. Las más grandes llegaban a tener cinco metros de altura y una capacidad de hasta 45.000 litros, aunque había también algunas más pequeñas que apenas albergaban 1.000 litros de vino. Si a finales del siglo XIX este el paisaje estaba inundado de cepas, ¿cómo es posible que en la actualidad todo esto sean bosques y apenas haya medio millar de hectáreas dedicadas al cultivo de vino? Pues porque la llegada de la filoxera acabó con la totalidad de viñedos, que fueron sustituidos, principalmente, por pinos. Si a esto le sumamos la aparición de industrias en las riberas de los ríos cercanos tenemos como resultado que los agricultores cambiaron el campo por las fábricas, donde el salario, aunque bajo, estaba garantizado.
Por suerte no hace pocos años nació la iniciativa Bages Terra de Vins, que intenta recuperar el legado vinícola de la comarca y dar a conocer las variedades locales (como la Picapoll), las tinas y las bodegas que hoy producen vino, que son 13 en total.
Mura, un precioso pueblo de piedra
Muy cerca del los bosques que esconden tinas se encuentra Mura, uno de los pueblos más pintorescos de Catalunya. Situado a las puertas del Parc Natural de Sant Llorenç de Munt i l’Obac, este pueblecito de piedra está lleno de rincones mágicos en los que perderse para observar y hacer fotos. Además, resulta un punto de partida perfecto para explorar la zona.
Paseando por las callejuelas de Mura podemos encontrar una iglesia, una ermita y varias tiendas auténticas, además de restaurantes y…¡hasta 70 fuentes! A escasos kilómetros de Mura, desde donde salen diferentes itinerarios, hay molinos, más ermitas y cuevas, siendo la más famosa el Puig de la Balma.
Un molino auténtico
Y si pasear por el pueblo se queda corto, a un kilómetro, junto a la riera de Nespres, podemos realizar un viaje al pasado cruzando sólo una puerta: la puerta de entrada al Molí del Mig. Este molino data del siglo XI y se usó durante diez siglos para la producción de harina, aceite y vino. Además, alberga un sinfín de objetos de trabajo y cotidianos de otras épocas que sirven para explicar a los más pequeños (y no tan pequeños) cómo era la vida en un pueblo hasta no hace tantas décadas.
Los garbanzos más famosos del Bages
Tras un largo paseo y la visita al molino el molino el estómago seguramente empiece a dar muestras de hambre, así que toca buscar restaurante. Uno de los más conocidos es Cal Carter, ubicado en el mismo centro de la población y a al lado de un parking público. Este restaurante familiar fundado hace 52 años por la familia Perich ofrece cocina tradicional catalana, carnes a la brasa y escalivadas, aunque también se aventuran con algunas creaciones más sofisticadas.
Sin duda alguna, su plato estrella son los garbanzos gratinados con bacalao y alioli. Estos garbanzos, más pequeños que los normales, se deshacen en la boca. Como no podría ser de otra manera, en la carta de vinos de Cal Carter encontraréis una nutrida variedad de vinos del Bages.
Experiencias enoturísticas
Si quieres descubrir el Bages en grupo o familia y quieres que te organicen toda la salida (excursión, explicaciones, cata, comida, etc.) te recomendamos que contactes con Bages Terra de Vins. ¡Ofrecen experiencias para todos los gustos!
Si eres de los que disfruta aprendiendo sobre vino o las tradiciones de un lugar, paseando entre frondosos bosques o callejear por pueblos encantadores, el Bages te gustará. Te dejamos la página web oficial de Bages Turisme y la web de Barcelona és molt més en la que destacan los principales puntos turísticos de esta comarca.
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