Hace no muchos años Andorra era considerado el paraíso de las compras baratas. Familias enteras iban a pasar unos días y volvían con el coche cargado de tabaco, azúcar, alcohol y electrónica. La baja presión fiscal de la que gozaba el pequeño país pirenaico permitía ahorrar importantes sumas de dinero en este tipo de productos. Hoy, la diferencia de precios no es tan abultada, sin embargo Andorra se ha sabido reinventar a la perfección ofreciendo actividades de montaña (tanto de invierno como de verano), tratamientos termales y comercio al por menor.
El pasado 9 y 10 de abril fuimos invitados a Andorra la Vella para participar en el 8º Congreso Mundial de Turismo de Nieve y Alta Montaña, un acontecimiento que reunió expertos de todo el mundo y en el que se debatió sobre cómo hacer atractiva la montaña al turista invernal pero también –o sobre todo– el estival. Después de muchas charlas algo nos quedó claro: la montaña es también un lugar fantástico donde pasar algunos días cuando hace calor ya que los atractivos son infinitos (¡y más en un país con 300 días de sol al año!).
En esta ocasión pudimos acercarnos a Naturlandia, el principal parque de ocio del estado. Situado en Sant Julià de Lòria, en la entrada de Andorra si accedes por España, esta iniciativa nació en 2007 con la finalidad de dinamizar la economía de la zona. Primero se organizaron actividades invernales, pero con el paso de los años su oferta lúdica se amplió, y actualmente se puede hacer absolutamente de todo en sus extensos dominios: motos de nieve; tiro con arco; esquí nórdico; tirolina; paintball; circuito de ponis; quads; senderismo; tirarse por el tobogán más largo del mundo (el Tobotronc, de 5,3 km de recorrido); asistir a su escuela de naturaleza etc. Naturlandia se divide en dos cotas: una situada a 1.600 metros y una segunda a 2.060 metros, y según la época del año en la que estemos –verano o invierno– podemos decantarnos por una actividad u otra. Aunque está especializado en el turismo familiar, ofrece numerosas propuestas para otros perfiles de público.
Nosotros hicimos una salida nocturna en moto de nieve, y la sensación de conducir por encima de un manto blanco a plena luz de la luna fue indescriptible. También tuvimos ocasión de calzarnos unas raquetas y pasear entre bosques hasta el refugio de Roca de Pimes. Allí un experimentado guía nos explicó que de cara al verano tienen previsto organizar itinerarios históricos a lo largo de la Línea P, una barrera defensiva de búnkeres construida tras la Guerra Civil española con la finalidad de evitar un ataque de los Nazis o los Aliados. Y también nos desveló algo muy interesante para los excursionistas: los refugios en Andorra son totalmente gratuitos.
Otro de los principales reclamos del país es su amplia oferta de tratamientos termales. En Escaldes-Engordany, población pegada a Andorra la Vella, se encuentra Caldea, uno de los centros termolúdicos más grandes de Europa y cuya rompedora arquitectura ya forma parte del paisaje urbano del país. Y anexo a Caldea se abrió en enero de 2013 Inúu, un nuevo centro wellness de excelencia. Mientras Caldea está orientado a todo tipo de público (niños incluidos), Inúu está pensado para un público adulto que quiere vivir una experiencia completa de bienestar a través de diferentes espacios termales. Nada más llegar al centro se le ofrece a cada cliente un albornoz y un batido de bienvenida. El plato fuerte de Inúu es el complejo de piscinas termales –a una temperatura que oscila entre los 32º – 34º –, inspiradas en las naturales de Pamukkale (Turquia). Estos espacios acuáticos están divididos en tres niveles, en los que encontraremos diferentes tratamientos de burbujas a presión. La piscina del nivel inferior tiene una parte en el exterior, donde se ubica una terraza, y desde la cual nos podemos relajar en agua caliente mientras observamos los picos nevados que circundan el valle.
Al margen de los tratamientos acuáticos, Inúu ofrece una extensa zona de contrastes compuesta por un hammam; una sala de relajación dotada de camas de aguas y un mármol caliente; una estancia con paredes de sal; duchas cromáticas; una sauna finlandesa etc. Es posible combinar estos tratamientos con el circuito termal, y aquellos que lo deseen pueden complementarlo con alguno de los variados masajes que se ofrecen. El centro está ideado para estarse bastantes horas, y para ello se ha habilitado un restaurante en el que sirven comidas nutricionalmente equilibradas.
Pero Andorra ofrece mucho más. Los amantes de las compras, por ejemplo, disfrutarán en calles como la Avenida Meritxell, donde modernas tiendas ofrecen lo último en moda, material deportivo, electrónica, tabaco y alcohol a muy buen precio.
Y si llegas a Andorra en coche privado debes saber que hay zona azul y párkings abiertos en todas las ciudades. Si tienes previsto alojarte en la capital y no quieres dejarte los ahorros en tiques te recomendamos que aparques el coche delante del hotel Ibis; aunque está a 20 minutos a pie del centro tiene (pocas) plazas gratuitas de aparcamiento justo delante.
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