El pasado domingo 11 de mayo pude tachar de mi lista personal ‘Cosas que hacer antes de morir’ el capítulo Descender el sella en canoa, gracias a la organización del Travel Bloggers Meeting, quién me invitó a Gijón para asistir a mi primer TBM. El TBM es el encuentro de blogueros de viajes de habla hispana más importante del mundo, y sirve como ágora en la que los viajeros de diversa índole comparten experiencias, consejos y trucos. Paralelamente a las conferencias, la alianza TBM-Turismo Gijón nos permitió a los asistentes elegir una actividad lúdica para conocer el Principado de Asturias. A pesar de que todas las propuestas eran atractivas (cata de sidra, paseo en segway por Gijón, visita al museo de la minería etc), yo me decanté por subirme a una canoa y bajar el río Sella, célebre por la competición Descenso Internacional del Sella que se tiene lugar el primer sábado de agosto y que se ha convertido en Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Con los compañeros de Los apuntes del viajero y Piedra de Toque nos desplazamos en coche hasta el pueblo de Arriondo, a menos de una hora de Gijón y donde numerosas empresas de aventura tienen su campo base. En nuestro caso realizamos la actividad con la Escuela de Asturiana de Piragüismo y fue una suerte, ya que el personal estuvo muy atento y los materiales con los que nos equiparon eran de primera calidad. Nada más llegar a recepción te dan un mono impermeable, una chaqueta-chubasquero y unos escarpines, además del preceptivo chaleco salvavidas. También te dan un bidón estanco en el que va la comida (bocadillo, agua, pieza de fruta y un dulce) y en el que puedes poner el móvil y la cámara. Luego te explican qué hacer y qué no hacer mientras remas, para inmediatamente después subirte a una canoa (individual o de dobles) y entrar al agua.
Desde la escuela hay tres puntos de recogida: uno a 12 kilómetros, otro a 14 kilómetros y un tercero a 16 kilómetros. Las aguas del Sella en este tramo son bastante mansas, a excepción de algún pequeño rápido, eso permite bajar lentamente por el río y disfrutar del paisaje con tranquilidad. Aquellos que prefieran deportes más atrevidos, como el ráfting, tal vez se aburran un poco. La idea es ir en grupo y hacer algún alto en el camino para bañarse y comer; un plan ideal para hacer en familia o amigos.
Al terminar el descenso, cuando ya duelen infinidad de músculos que desconocías tener, te pasan a buscar en furgoneta y retornan a la escuela, donde te puedes duchar en agua caliente y salir vestido de calle. Si el cansancio lo permite es recomendable acercarse en coche a Ribadesella, que se encuentra a escasos kilómetros, para pasear por la zona portuaria y tomar unas merecidas sidras con vistas al mar Cantábrico.
El coste de la actividad (alquiler de la canoa con comida incluida) es de 25€, y se puede realizar entre las 10 a 18 horas. Durante la temporada estival conviene reservar, ya que la afluencia de turistas a la zona se nota, pero en primavera te puedes sentir casi solo en el Sella.
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