El desierto de Wadi Rum en Jordania es definitivamente uno de los lugares del planeta que más me ha dejado sin palabras. En su recorrido encuentras a su paso una estación de tren abandonada, una vía muy estrecha que en su momento el Imperio Otomano desplazaba materiales y tropas a su paso por este desierto. Destruida a inicios del siglo XX por Lawrence of Arabia como parte de su estrategia para hacerse con buena parte del mundo árabe, dominado en ese entonces por los turcos.
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