Descubrí en mi reciente viaje a Israel que nadar entre peces es una de las actividades de ocio con las que puedes desconectar enteramente del mundo. Y definitivamente en Eilat, a orillas del Mar Rojo, vivir la experiencia es realmente inolvidable.
No hace falta ser un buceador profesional ni nada por el estilo. En mi caso sólo hizo falta unas buenas gafas para nadar y sumergirme debajo del agua para descubrir un festival de colores acuáticos entre las formaciones coralinas y cientos de peces que no se siente amenazados por tu presencia. Todo lo contrario, parecen sonreír y más bien burlarse de tu cara cuando quedas cautivado contemplando su belleza cromática.
Una experiencia inolvidable con la que iniciaré una serie de microposts donde describiré mis mejores recuerdos de mi último viaje por Israel y Jordania.
Más información:
Oficina de Turismo de Israel
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