La frase “una hora menos en Canarias” se ha convertido en una expresión bastante cotidiana en el ámbito español, pero esta frase tiene más connotaciones de las que uno puede intuir. Cuando viajas a las Islas Canarias te das cuenta que hay más diferencias aparte del huso horario y en poco tiempo comienzas a hablar de España como si fuese otra entidad. Aquí no se espera el autobús sino la guagua, no se comen patatas sino papas y no se enciende una cerilla sino un fósforo.
Este rasgo se hace aún más evidente en invierno, mientras la península atraviesa el frío característico de la época, Tenerife, la isla más grande del archipiélago canario, es conocida como la Isla de la eterna primavera. Con temperaturas suaves durante todo el año, es un destino favorito para visitar en cualquier estación.
Tenerife es muy conocida por el Teide y su Parque Nacional. Con 3.700 metros de altura, es el punto más alto de España y uno de sus principales reclamos turísticos, gracias a su enorme biodiversidad y belleza natural. Es posible hacer senderismo de forma gratuita, a través de rutas ya establecidas y bien señalizadas, aunque también existen rutas guiadas. Es posible pasar una noche en el Parque en el refugio de Altavista, con cocina y capacidad para 60 montañeros, aunque los más cómodos preferirán seguramente acercarse a la cima mediante el moderno Teleférico.
Pero las atracciones que ofrece Tenerife van más allá de su conocido pico. Otros deportes muy populares en Tenerife son el windsurf y el kitesurf. La isla posee unas condiciones ideales para la práctica de estas disciplinas y actualmente existen diez escuelas repartidas principalmente entre la Costa de Santa Cruz, Playa de las Américas y El Médano, donde se imparten cursos para los aficionados a estos y otros deportes acuáticos.
Aunque una de las grandes razones para visitar Tenerife es para conocer su famoso Carnaval de Santa Cruz, considerado como el Carnaval más popular del mundo después del de Río de Janeiro. Cuando llega el Carnaval, la ciudad es abarrotada por cientos de miles de personas, en donde locales y turistas celebran durante una semana entre cabalgatas, carrozas, bailes, actuaciones musicales y elecciones de reinas. Una fiesta donde el descanso y la paz no tienen cabida.