Tal como lo anuncié en el post del 4to aniversario del blog, hace pocas semanas Daniel Gutiérrez Abella se unió a la aventura de compartir su interesante punto de vista de sus viajes en DestinosActuales. Hace un año hizo un recorrido por Sudamérica de unos cuántos meses. Le he propuesto hacer una serie de posts sobre ese viaje y este es el primero de ellos. «Mi viaje por Sudamérica» revivirá las experiencias vividas por Daniel por todo este increíble subcontinente. ¡Qué lo disfrutes!
Eddy
«Un viaje de mil millas comienza con el primer paso», Lao Tsé.
Aunque he comprado muchísimos billetes de avión a lo largo de mi vida, cada vez que doy a aceptar en la pestaña de ‘validar compra’ me sube la adrenalina. Me siento nervioso y excitado por descubrir nuevos lugares o por volver a sitios que me encantan. Este hormigueo de primera cita lo sentí con mayor intensidad en abril del 2010, cuando un miércoles por la noche me lié la manta a la cabeza y compré un vuelo sólo de ida para Brasil. Con un solo clic de ratón estaba confirmando que el sueño que perseguía hacía demasiado (hacer un largo viaje durante un año sabático) por fin se convertía en realidad.
Llevaba tiempo queriendo materializar un viaje sin prisas ni destinos claros, aunque hasta ese momento me había tenido que conformar con escapadas de fin de semana y el clásico mes de vacaciones al año. Parches. Así es como veo los viajes puntuales que hacemos la mayoría de mortales, los que vivimos de nuestro trabajo diario y no de rentas.
Tenía dos grandes aventuras en mente, pero el dinero ahorrado sólo me daba para uno. Quería recorrer el sureste asiático para poder comer deliciosos platos, descubrir culturas lejanas a la mía y ver atardeceres en playas paradisíacas. Y todo ello con la tranquilidad que te da el saber que es un continente seguro y barato.
Por otro lado, necesitaba conocer una tierra mucho más cercana a mi cultura pero con paisajes y realidades muy dispares: Sudamérica. Quería pisar los escenarios donde transcurren las novelas de Márquez o Vargas Llosa y meterme de lleno en las canciones y vidas que relata Manu Chao. Los altos índices de atracos en algunas ciudades del cono Sur, sin embargo, me echaban un poco atrás.
Finalmente, las facilidades que me daba mi lengua paterna me hicieron decantar a seguir los pasos de Colón y Magallanes y viajar a la Pachamama.
Al dar a conocer la noticia de que dejaba el trabajo y me iba varios meses por América Latina la mayoría de conocidos y familiares me tacharon de loco. Algunos -muchos- me animaron y me decían que me tenían envidia, que “si pudieran” lo harían ellos también. A toro pasado veo que una decisión como esta está al alcance de muchas personas y que, como casi siempre, las barreras son mentales.
Reconozco que exige algunos sacrificios sólo asumibles por aquellos a quienes viajar es un elemento imprescindible en su vida: hay que ahorrar (menos de lo que la gente cree) y atar algunos cabos (a quién alquilo el piso, qué hago con el trabajo etc.), por poner un par de ejemplos. Pero las personas que conoces en el camino y los recuerdos que generas mientras viajas son de un valor incalculable.
Espero poder animar a alguien a dar este paso. A veces necesitamos las palabras de desconocidos para decir qué rumbo tomamos en nuestra vida. Si una sola persona emprende una aventura así a raíz de leer esta entrada estaré más que satisfecho.
En próximos posts iré desgranando lo que dio de si este viaje, empezando con Brasil, mi primera parada y lugar que se convirtió en el país de mis sueños.
Un libro: The Rough Guide to First-Time Around the World (Rough Guide Travel Guides)
Por: Daniel Gutiérrez Abella