A una corta distancia de la frontera española encontramos una región de Francia que es famosa por sus bellezas naturales, gastronomía, monumentos patrimoniales y particularmente por ser una gran productora de rincones llenos de encanto. Me refiero a la región de Midi-Pyrénées (Mediodía-Pirineos), una enorme extensión en el suroeste de Francia, entre el Atlántico y el Mediterráneo, perfecta para dedicarle una escapada y explorarla tranquilamente. Te contamos algunos de los rincones por descubrir en Midi-Pyrénées.
Sorèze
A poco menos de 4 horas en coche (370 Km) desde Barcelona, esta pequeña pero coqueta localidad de 2.500 habitantes está ubicada en el departamento del Tarn, a escasos 60 Km de Toulouse, en las faldas del macizo de la Montaña Negra, Sòreze destacó en su momento por tener uno de los mejores centros de enseñanza en Francia: la abadía-escuela de Sòreze. De orden benedictina, fue fundada en 754 pero no fue hasta el reinado de Luis XVI que se convertiría en una escuela militar real.
Durante el siglo XIX alcanza su apogeo como centro del saber con un sistema revolucionario de enseñanza, donde se impartían matemáticas, ciencias, letras y artes. Uno de sus alumnos más ilustres fue Pierre-Paul Riquet, inventor del Canal de Midi, un canal navegable Patrimonio de la Humanidad que conecta el río Garonne de Toulouse con el Mediterráneo. Se trata del canal navegable más antiguo de Europa y se encuentra muy cerca de Sòreze. En la actualidad, la abadía es un gran centro cultural y aparte de la visita a sus instalaciones, acoge todo tipo de eventos musicales y exposiciones.
Château Fort de Mauriac
Este castillo, monumento histórico medieval del siglo XIII, es una de las visitas más recomendadas de esta región. Completamente abandonado y en ruinas, en 1962 fue adquirido por Bernard Bistes, un excéntrico pintor que se instaló allí con su familia y con la venta de sus cuadros lo renovó por completo, devolviendo al castillo su aspecto original. El resultado es asombroso, ya que Bernard no escatimó en traer de vuelta el antiguo esplendor de esta fortaleza que se puede visitar a partir del 1 de mayo hasta el 31 de octubre de 2015. Las visitas en temporada baja se reducen a domingos y festivos entre las 15 y 18 horas.
Durante la visita al castillo, si hay suerte, es posible conversar con el mismísimo Bistes de 74 años en persona y admirar su particular obra en cualquiera de las exposiciones que continuamente hay en el castillo. No te pierdas las vistas interminables de viñedos que lo rodean.
Castres
Un lugar donde el tiempo parece haberse detenido es Castres, una localidad a menos de 30 kilómetros al noroeste de Sòreze. Esta ciudad de poco más de 40.000 habitantes comenzó a cobrar importancia cuando pasó a formar parte de las rutas de peregrinaje para el Camino de Santiago, en concreto desde Arles. La próspera industria textil durante el siglo XIX contribuyó a crear riqueza y un florecimiento económico, que se evidencia en las coloridas fachadas de las antiguas viviendas de curtidores y tintoreros a orillas del río Agout.

Castres, río Agout
Castres tiene varios monumentos de importancia que merece la pena visitar. El Palacio Episcopal, donde se encuentra el actual ayuntamiento, aún presenta algunos vestigios del románico como la torre de la antigua abadía benedictina. Los jardines del Palacio Episcopal fueron creados por Le Nôtre, famoso por haber diseñado los jardines de Versalles. El Museo Goya de Castres, además de un nutrido grupo de obras del pintor español, posee una gran colección de arte hispánico (la mayor en Francia después del Louvre).

Palacio Episcopal
Visita la Plaza Jean-Jaurés, el centro neurálgico y comercial de Castres, donde se instala el mercado municipal y se ponen a la venta los mejores productos de la zona, o sube a bordo del coche d’eau Les Miredames, un barco que hace un encantador recorrido por las aguas del río Agout y te transportará a otros tiempos.
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