Hablar de Sevilla y sus monumentos como ciudad y centro de interés requeriría al menos varios libros de texto. Para alguien que nunca ha pisado la capital de Andalucía y cuarta ciudad de España en población, una escapada corta se queda pues eso, demasiado corta. La que fuera la ciudad más importante durante el siglo de oro Español, cuenta con el casco antiguo más extenso de España y uno de los mas grandes de Europa. En el, se concentran una tal cantidad de monumentos arquitectónicos que me atrevería a decir que pocas ciudades cuentan con un patrimonio tan especial como el de Sevilla.
Pero con el tiempo las ciudades cambian y en su afán de adaptarse a ellos surgen propuestas de aires distintos y renovados, lo suficientemente atractivos como para brindarle una nueva cara a una ciudad que ya cuenta con cientos de ellas. Se trata del Metropol Parasol, más popularmente conocido como las Setas de la Encarnación, el monumento para Sevilla de cara a un nuevo siglo. Construido sobre el antiguo terreno abandonado del mercado de la Encarnación, esta obra no hubiese visto la luz sino fuese por el hallazgo de unos restos arqueológicos del período romano durante la construcción de un aparcamiento, que afortunadamente tuvo que ser aplazado y finalmente cancelado.
Tras el valioso descubrimiento, el ayuntamiento decidió abrir un concurso de proyectos que le diera un nuevo valor a ese espacio y que consistiría en una plaza pública y un museo arqueológico. El ganador fue el alemán Jürgen Mayer y desde su construcción no ha dejado a nadie indiferente. Pero, ¿por qué existe tanta fascinación alrededor de este monumento? Más allá de la opinión de sus detractores que se quejaban que era la opción mas cara y que costaría un buen dinero a cada sevillano, hay que reconocer que se ha convertido desde ya en un nuevo símbolo para Sevilla.
Además de la originalidad de sus formas que se asemejan a setas gigantes, las sensaciones que se generan al recorrerlo son indescriptibles. La mejor hora para recorrerlo es al atardecer, cuando las luces comienzan a encenderse y se puede disfrutar de una hermosa vista desde el nivel superior de la Plaza-Mirador.