Bordeando la abrupta costa de Croacia en el trayecto Dubrovnik-Split, es difícil pensar que en este idílico paisaje se forjó un conflicto bélico hace más de 20 años. Según he leído, Split no sufrió grandes daños pero aun así es inevitable buscar algún rastro de la guerra, aunque el flujo de turistas que tiene la ciudad, si buen no es tan masivo como en Dubrovnik, hace que este tema quede rápidamente olvidado.
Split no solamente está ubicada en un sitio sumamente privilegiado y estratégico, que en otros tiempos fue el mayor puerto de Yugoslavia. Split es una ciudad de innegable belleza, Patrimonio de la Humanidad desde 1979 y poseedora de un casco antiguo que bien parece sacado de un cuento de hadas. El mármol blanco de sus calles hace que la ciudad brille de una forma muy especial, haya sol o lluvia.
Hay dos maneras de ver Split desde las alturas, la primera es subir al campanario de la Catedral de San Duje, que forma parte del Palacio de Diocleciano, elemento dominante del casco antiguo y epicentro de la ciudad, aunque esta actividad es recomendada para todos excepto los que sufren de vértigo crónico. La segunda es subiendo por la colina/península de Marjan, que se ubica hacia el lado oeste del Puerto, un paseo imprescindible.
Desde el elegante paseo marítimo frente al puerto, ya se puede ver la colina de Marjan y la subida es muy intuitiva, no importa que vía escojas para subir, todas te llevaran al mirador. Una vez arriba te recomendamos buscar el café «Vidilica», una estupenda terraza que te permite ver Split en todo su esplendor. A pesar de su privilegiada posición y aspecto caro, los precios son iguales a cualquier terraza de Barcelona.
Se dice que si el día está despejado, es posible ver la famosa isla de Hvar desde Marjan. No fue nuestro caso. La mejor hora para subir es hacia el atardecer, cuando la ciudad va adquiriendo tonos de ocre. Nuestra recomendación es volver a la ciudad por la escalinata hacia la derecha del Café, y culminar el paseo por el Puerto. Una vez allí, cualquiera de los restaurantes en la falda de la colina están recomendados por locales como el mejor sitio para comer pescado en Split.
Hacer el trayecto de Dubrovnik a Split es agradable y romántico pero a la vez lento. Apenas 227 kilómetros separan las dos ciudades pero el recorrido en autobús por la costa dura un poco más de 5 horas, así que si piensas darle preferencia a Split y a las islas, te recomendamos hacer el viaje en barco.
Deja una respuesta