Uno de los elementos que caracterizan a Estocolmo es la presencia del agua. La capital sueca se reparte a lo largo de 14 islas y la presencia de barcos y puentes a lo largo de su paisaje urbano es omnipresente. No es de extrañar, ya que estas islas forman parte del archipiélago más grande de Suecia y uno de los mayores del Mar Báltico, extendiéndose unos 60 kilómetros hasta mar abierto.
Este conglomerado de islas forma parte de un paisaje en constante y lenta transformación. Se estima que cada año la elevación del terreno crece en tres milímetros dando lugar a la creación de nuevas islas, además del enorme cambio que sufre el archipiélago con la llegada del invierno cuando el hielo conecta islas antes separadas por el agua. Se calcula que unas 24.000 islas se encuentran habitadas, en especial por segundas residencias y casas de veraneo para holmienses y turistas, y lógicamente la población varía muchísimo dependiendo de la estación.
A lo largo del todo el año hay una enorme diversidad de embarcaciones que realizan rutas entre Estocolmo y las ciudades mas pobladas del archipiélago, incluso llegando a islas incomunicadas por tierra, ofreciendo la posibilidad a sus residentes de un transporte rápido entre ambos puntos. Lo mejor de todo: cualquiera de estas rutas se convierte en la ocasión ideal para conocer el archipiélago de una forma económica y de ver estupendas vistas de Estocolmo desde el agua, como el Museo Vasa o el parque temático Gröna Lund.
Existen barcos que hacen recorridos turísticos pero nos decidimos por la embarcación Storskär de la compañía Waxholm Line, que es mas frecuentado por los locales. Este efectuaba un viaje hasta Vaxholm y regresaba a Estocolmo haciendo un trayecto de casi 4 horas de duración pero existe la posibilidad de hacer alguna parada en el viaje. La oferta de trayectos es numerosa y si planeas bajar del barco en algún momento implica la compra de otro billete, uno por recorrido. El trayecto entre Estocolmo-Vaxholm ida y vuelta tiene el asequible precio de 150 SEK, unos 17€.
El barco ofrece una cafetería y espacios tanto abiertos como cerrados para resguardarse del viento, pero también tienes la posibilidad de llevar tu propia comida y hacer tu propio picnic, bien sea en el barco o en cualquier isla de tu escogencia para disfrutar de la naturaleza, un aspecto muy arraigado en la cultura sueca. El Allemansrätten, es el derecho a transitar libremente por la naturaleza (incluso en propiedad privada) y la época estival es el momento perfecto para viajar a Estocolmo, y conocer una manera distinta de disfrutar el verano.
Para más información: VisitSweden
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