Fuerteventura nos regaló como final de viaje una caminata por una de sus espectaculares playas, muy cerca del poblado de Morro Jable. Quizás descubrirlas tiene su dificultad, tienes que rodar mucho en el auto y ser curioso, pero esa curiosidad es premiada con una arena blanca, aguas cálidas y cristalinas y una suave brisa que te hace llevadera una velada playera en esta encantadora isla.
Nos vemos en el próximos destino… 😉
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