Hace unos cuantos días que llevo sin escribir en el blog. Las razones son dos: la primera es visible a la vista, hemos estado trabajando arduamente en su rediseño del blog que si bien aún no está del todo terminado ahora al menos está presentable. Cuando lo tenga listo al 100% prometo hacer el lanzamiento con bombos y platillos, de momento pido disculpas si no se ve alguna imagen o faltan algunos enlaces.
La segunda razón tiene que ver con una idea que surgió del entusiasmo por compartir mi pasión por viajar, esa misma que intento reflejar en este blog. Hablo del TravelBloggers Meeting (TBM), un encuentro que nació de la pura espontaneidad y hoy en día se ha convertido en un encuentro en el que todos los participantes compartimos un mismo espíritu: viajar, compartir e inspirar…
15, 18, 44, 70…estos números representan el número de blogueros participantes en cada uno de los TBMs realizados hasta ahora en Sevilla (en dos ocasiones), Madrid y Barcelona. Este próximo fin de semana el turno es para Málaga, ciudad en la que celebraremos la quinta edición y en la que rozaremos el centenar de blogueros provenientes de todos los rincones de España, pero también de países como Portugal y Chile.
En esta aventura que ya casi cumple dos años, me acompaña (o nos acompañamos) María Victoria Rodríguez, mi media naranja del TBM. Nos embarcamos en esta iniciativa sin darnos cuenta. Nos contactamos vía email y en dos semanas armamos el primer TBM en noviembre de 2009 al que, a manera de anécdota, no llegué a estar físicamente porque por caprichos de aerolíneas y aeropuertos que ya no vienen al caso, me quedé en tierra.
Pero definitivamente lo que hizo que este encuentro fuera cogiendo fuerza ha sido básicamente que tanto organizadores como asistentes tenemos algo en común: un espíritu viajero indiscutible y una pasión incansable por compartir esas aventuras. Dos ingredientes que son la base de lo que yo denominaría la fiesta de la blogosfera viajera.
El TBM tiene su parte seria, claro está, y creo que ya se conoce bastante bien. Pero yo confieso que el lado que más me emociona, y me da ánimos para dedicarle decenas de horas de trabajo, es poder tener la posibilidad de reunir en un mismo lugar a tantas personas que con perfiles tan disímiles, pero con un punto en común, atienden de manera tan entusiasta a nuestra convocatoria de esta gran conversación viajera.
¡Bienvenidos de nuevo al TBM! 🙂