Kristel es originario de Arvidsjaur, población ubicada en el centro de la Laponia sueca. Hace algunas décadas se mudó a un pueblo cercano llamado Abborrtrask, según él, mucho más tranquilo y menos estresante que el primero ¿Cabe la palabra estrés en este lugar? Definitivamente no.
Con Kristel estuvimos unas cuantas horas charlando sobre el norte de Suecia y su gente. De carácter apacible, con un sentido del humor poco afectado por el frío y una capacidad para hacerte sentir como en la casa, Kristel está convencido de que la Laponia es uno de los pocos rincones del planeta donde se puede escuchar el silencio.
Y no lo dudo. Después de más de dos horas frente a uno de los 365 lagos que existen alrededor de Arvidsjaur, pude escuchar el sonido del silencio, comparable con el de las estepas mongolas. Ver la quietud del agua puede ser relajante y hasta hipnotizante. A ratos esa tranquilidad es rota por una liviana ráfaga de viento que apenas crea algunos hilos de agua a orillas del lago. O en muchas ocasiones por los torpes, pero sigilosos pasos de un reno.
Minutos después mi cuerpo se rinde al sonido del silencio y se entrega de manera tranquila y segura a una siesta, la mejor y más profunda que recuerde en muchos años.