¿Qué tienen en común la caribeña isla de Margarita y las verdes montañas del pre-Pirineo catalán de la Vall de Lord? A simple vista nada. Pero desde el fin de semana pasado les une una exclusiva botella de ron Santa Teresa 1796. El hilo conductor de un viaje de tres días que nos llevó no sólo a degustar la exquisita botella de ron venezolano con gotas de añejamiento de 80 años, sino también a descubrir un pequeño rincón de Cataluña. Más cerca de Barcelona de lo que muchos piensan, pero también más lejos de su asfaltado espíritu urbano.
Sant Llorenç de Morunys
Sant Llorenç de Morunys fue el centro de operaciones para conocer el resto de los lugares que comprende la Vall de Lord. Desde una muy acogedora y familiar casa rural llamada Ca l´Enric tuvimos la oportunidad de conocer las calles de este diminuto pueblo de unos 1.000 habitantes cuyo recorrido por el casco histórico debe comenzar, eso sí, con un café en el Bar Llohis. El típico bar de pueblo que ofrece imágenes cinematográficas por doquier, ya sea por el grupo de amiguetes ancianos que se reúnen allí para hablar de a saber qué cosas o por la vista a través del cristal que refleja en un instante el ritmo pasible y sosegado del pueblo.
Sus recovecos empedrados que desemboca en la Plaça Major son inolvidables. Aún así, a nivel arquitectónico creo que el gran protagonista es el Monasterio con un pequeño y algo lúgubre patio interior que data de 1297 cuando Sant Llorenç se formó como Villa Franca en el camino de Cardona a la Seu d`Urgell. Cuidado eso sí cuando intentes entablar una conversación con algún local, lo intenté con la señora del forn de pa (panadería), se emocionó al ofrecerme el brownie envuelto o para llevar y no me enteraba de nada. Y allí descubrí que mi catalán barcelonés no valía de nada. Sin embargo, no olvido su entrañable sonrisa y su orgullo por ofrecernos sus mejores productos: ensaimada, brownie, coca de sucre (azúcar) o de mantequilla…
El Santuari de Lord
El Santuari de la Mare de Déu de Lord es quizás la joya más preciada de toda la Vall de Lord. Se trata de una montaña ubicada a casi 1.200 metros de altura cuya cima tiene como guinda una impresionante iglesia del siglo XI-XII, superviviente de los embates de guerras milenarias. Desde 1971 está habitada por una comunidad diosesana de monjes benedictinos y hasta hace un par de años el contacto de éstos con el mundo era casi inexistente, sin embargo, pronto convirtieron parte de la edificación en un hostal religioso lo cual cambio sus estilos de vida.
La connotación espiritual del lugar se siente aún más en el mirador del Santuari desde donde se puede contemplar una panorámica del pantano de la Llosa del Cavall, parte del pueblo de Sant Llorenç de Morunys, la montaña del Port del Comte y si hay buen tiempo el serperteante vuelo de las águilas.
La Font de la Puda
Si hay algo de lo que se enorgullecen los piteus – el gentilicio de la población de Sant Llorenç que surgió debido a la inmigración en la época medieval de tejedores provenientes de la región francesa de Poitou – es de las propiedades medicinales que contiene el agua sulfurosa que sale de la famosa Font de la Puda.
El olor del agua no le hace justicia al sabor, pero sobre todo a lo sano que pueda ser. Si alguien llega allí sin conocer a ciencia cierta sus propiedades cualquier podría pensar que se trata de un agua estancada que ha cogido mal olor. Es por ello que nada mejor que ir con un local quien con toda seguridad te convencerá para probar el agua. Y si no, corres el riesgo de ser declarada persona non grata de Sant Llorenç.
La Coma
Es el clásico ejemplo de pueblo de montaña que muchos urbanitas creemos que ya no existe. Al recorrer las calles de La Coma da la sensación de que estamos en un poblado fantasma, pero su núcleo antiguo, recientemente rehabilitado y reconocible porque se encuentra al paso de la carretera c-462, revela que su población sigue allí, sumida entre un increíble y vertiginoso valle entre la Sierra del Port del Comte y del Verd.
El sonido de la Font del Cardener rompe a lo lejos con el silencio absoluto de La Coma.
Font de Cardener
Poco después de pasar la entrada para llegar a la Font de la Puda y el poblado de La Coma i La Pedra se encuentra la Font de Cardener que no es más que el lugar en el que nace el río Cardener, uno de los principales afluyentes del Río Llobregat. Está ubicado en un impresionante valle entre las sierras del Port del Comte y la del Verd a unos 2.300 metros sobre el nivel del mar.
Las fuentes que dan vida al río Cardener constan de unos hipnotizantes saltos de agua, pero también hay un área de picnic ideal para hacer una barbacoa en este lugar tan relajante.
En este viaje nos quedaron tres puntos importantes por conocer: El Tossal de la Creu del Codó, El Romànic (ruta de las ermitas) y El Pedró dels quatre batlles (el punto más alto de la Vall de Lord). Una buena excusa para deshacer y hacer nuevamente el camino andado por este pequeño rincón tesoro de la Cataluña profunda.
Más información:
Lavalldelord.com