Hoy hace dos semanas murió Óscar Niemeyer, uno de los arquitectos más brillantes y último símbolo del siglo XX, como apuntaba el periodista Luis Alemany. Niemeyer murió a punto de cumplir 105 años, con plenitud de sus facultades mentales y cuando hacía poco que se había estrenado en Facebook. El que fuera ganador del Pritzker en 1987 (el Nobel de la arquitectura) nos deja como legado decenas de obras en varios países (entre ellos España, donde diseñó un centro que lleva su nombre en Avilés), y una ciudad entera: Brasilia, la capital del Brasil. En esta entrada trataremos de explicar qué se puede visitar en esta ciudad, creada de cero en los años sesenta para romper la dicotomía São Paulo-Rio y para dotar a un gran país de una capital de vanguardia.
Brasilia se encuentra en un lugar bastante remoto, en concreto en el estado de Goiás, en la parte oeste del país, desmano de cualquier punto de interés turístico. Sin embargo, es de visita obligada para los amantes de la arquitectura. La lejanía con las otras ciudades brasileñas recomienda llegar a ella con avión, aunque los que lo hagan en bus descubrirán una moderna estación rodoviaria. El padre de la idea fue el presidente de aquella época, Juslecino Kubitschek, quien en 1956 decidió que Brasil merecía una moderna capital. Para ello contó con dos grandes maestros: Lúcio Costa, que se encargaría del urbanismo, y Óscar Niemeyer, de los edificios. ¿Qué mejor regalo se le puede hacer a un arquitecto que encargarle una ciudad entera?
Brasilia es una urbe inabarcable con forma de avión, de anchas avenidas y grandes espacios públicos; preciosa en maqueta pero incómoda para vivir (y visitar, dicho sea de paso). Es prácticamente imposible recorrerla a pie, y se depende en exclusiva del coche. El calor achicharra las hormigas en verano, cuando apenas hay sombras donde cobijarse. Y en invierno, el frío te hace dudar de si te encuentras en un país tropical. Así pues, si todo son defectos, ¿por qué visitarla? Pues porque contiene joyas únicas en forma de edificios que acogen las principales instituciones del país. Aquí va una relación de las más importantes:
Palacio del Planalto
La sede del Poder Ejecutivo de Brasil fue uno de los primeros edificios en construirse. Esta obra forma parte de la Plaza de los Tres Poderes, junto al predio del Supremo Tribunal Federal (STF), y el Congreso Nacional. El Planalto, reformado recientemente, está revestido de arcos de mármol blanco que transmiten robustez y equilibrio mientras las enormes cristaleras que conforman las paredes ejemplifican la transparencia con la que el gobierno debería trabajar (una bonita teoría desmontada a diario a través de los casos de corrupción que salen a la luz).
El visitante puede ver en el segundo piso la gran mesa oval donde se realizan las reuniones ministeriales así como la sala en que se llevan a cabo la firma de las leyes y tratados más relevantes. Además, tal y como pasa en muchos otros palacios, cada dos horas se puede ver el cambio de guardia.
Su horario de visitas es los domingos de 9:30 a 14:30 horas.
Congreso de Brasil
El Congreso Nacional del Brasil tal vez sea la estampa más conocida de la capital. Este macro complejo arquitectónico formado por un edificio bajo, plano y alargado que da cabida a la cámara de los diputados (con una cúpula convexa en su tejado), al Senado (con una cúpula cóncava), y a oficinas administrativas (ubicadas en las dos altas torres gemelas), está construido en la base de la Plaza de los Tres Poderes. Los edificios se conectan por pasillos, y las torres centrales (muy parecidas al edificio de la ONU de Nueva York que también diseñó Niemeyer) son los más altos de la capital, con 28 niveles.
Para acceder al complejo se tiene que bajar una rampa que da acceso a un amplio vestíbulo. Allí, el amable personal recibe al visitante y lo invita a una visita guiada que sale cada media hora. En ella se pueden conocer los principales salones y asistir en silencio a una comisión de trabajo desde la gradería para el público. El Congreso tiene otro detalle con los visitantes, y es que regala una postal que se puede mandar in situ y de manera gratuita a cualquier parte del mundo.
El horario de visitas del Congreso es todos los días, de 9 a 17 horas.
Supremo Tribunal Federal
La instancia más alta de la justicia brasileña tiene como sede un edificio muy parecido a los palacios del Planalto y la Alvorada. Su fachada principal está presidida por una escultura justiciera de Alfredo Ceschiatti, y en su interior se custodian todas las constituciones que ha tenido el país.
Se puede visitar los viernes, sábado, domingo y festivos, desde las 9 hasta las 11 horas y de las 15 hasta las 17 horas.
Palacio de Itamaraty
El Palacio del Itamaraty es la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil y uno de los edificios más bonitos de la explanada. Está rodeado por un estanque de agua en el que se refleja perfectamente el edificio, y los jardines aledaños (diseñados como tantos otros espacios en Brasilia por el paisajista Burle Marx) están perfectamente cuidados. En el interior hay una de las colecciones de arte más importantes del país, y en su exterior la acertada escultura de Bruno Giorgi, el Meteoro, representa los continentes del planeta.
Se puede visitar de lunes a viernes desde las 15 a las 17 horas, y los sábados y festivos de 10 a 15 horas.
Catedral
Tal vez sea una de las seos más originales que se hayan construido nunca. Este edificio de planta circular tiene un tejado de forma cónica constituido por 16 pilares que recuerdan la corona de espinas de Jesús. A pie de calle se encuentran los cuatro evangelistas esculpidos por Alfredo Ceschiatti: Juan, Lucas, Mateo y Marcos, y en el interior tres ángeles suspendidos en el aire gracias a varios cables de acero. Una de las cosas que más impresiona al visitante es la luminosidad blanca y azul que penetra al templo a través de sus cristaleras de colores.
Se puede visitar de lunes a domingo de 8 a 18 horas.
Memorial de Juscelino Kubitschek
Este espacio situado en la parte norte del eje monumental sirve como homenaje al político que impulsó la creación de la capital: Juscelino Kubitschek. En un mausoleo negro reposan sus restos mortales así como centenares de libros y objetos personales del estadista.
Su horario de visita es de martes a domingo de 9 a 18 horas. Hay que pagar una entrada de 4 Rs.
Espacio Lúcio Costa
En esta diáfana pero no muy grande sala subterránea ubicada en la Plaza de los Tres Poderes se encuentra una maqueta de Brasilia de 179 metros cuadrados encargada por Niemeyer en honor a Costa. Su visita ayuda a hacerse una idea de la extensión y morfología de la ciudad.
Se puede visitar diariamente de 9 a 18 horas.
Torre de Televisión
Subir a esta desvencijada torre de televisión de 224 metros de altura que recuerda a la torre Eiffiel y diseñada por Lúcio Costa es la mejor manera de obtener una panorámica completa de la capital. Su mirador, situado a 75 metros, permite contemplar la perfecta simetría del eje monumental así como ubicar los principales edificios capitalinos. Desde arriba (donde en invierno sopla un viento frío muy incómodo) se aprecia perfectamente la silueta del avión que da forma a la capital.
Se puede acceder al mirador de martes a domingo de 8 a 20 horas, y los lunes de 14 a 20 horas.
Palacio de la Alvorada
En un precioso edificio a orillas del Lago Paranoá y envuelto por vegetación reside la presidenta de la Nación. Aunque queda un poco distante de la zona centro de Brasilia se puede llegar fácilmente en un autobús público que deja en la puerta.
El horario de visita es miércoles de 15 a 17:30 horas.
Alojamientos
Brasilia no destaca por tener una variada oferta de alojamientos de bajo coste. Solo me consta que tenga un youth hostel un poco alejado del centro de la ciudad. Sin embargo, al recibir miles de visitantes al año por motivos laborales (altos funcionarios, empresarios etc), sí que ofrece decenas de hoteles de gama media y alta.