Ya lo he dicho en otras ocasiones. Muchas veces creemos que mientras más lejos viajemos, mejores experiencias tendremos. Y no siempre es así. Allí, a la vuelta de la esquina podemos descubrir lugares que nos puedan proveer de aventura, cultura, relax, etc. Precisamente semanas atrás descubrí, acompañados de la mano de Escapadarural.com, un pequeño rincón cerca de Barcelona llamado Caldes D´Estrac o también conocido como Caldetes.
Se trata de un minúsculo pueblo de poco menos de 3 mil personas ubicado en la Costa del Maresme. Vamos, a dos pasos de Barcelona. Quizás este lugar o el Maresme en general se vea turísticamente opacado porque un poco más al norte tiene la flamante Costa Brava cuya fama traspasa fronteras. Y no en vano porque siempre que hablo de ese lugar me deshago en halagos.
Caldes D´Estrac o Caldetes es una pequeña villa que nació en el emplazamiento de una fuente de aguas termales. De allí seguramente tendrá que ver el origen de su nombre. Está dividido en dos sectores muy diferenciados: la Vila Vieja y el Paseo del Mar. Por muchos años a finales del siglo XIX y principios del XX fue el centro de veraneo de la burguesía catalana.
La Vila Vieja está conformada por un enjambre de pequeñas callecitas con la típica arquitectura mediterránea del siglo XVI y XVII. Pero para traducirlo al lenguaje más coloquial, se trata de pequeñas calles en las que te sientes que caminas por tu casa y que los vecinos son tus familiares. Es una pena que prácticamente casi encima del pueblo hayan construido una autopista y le quite un poco de magia. Aún así es un pequeño rincón que merece la pena conocer.
El Paseo del Mar está rodeado de residencias vacacionales y hoteles y alojamientos que lo tienen todo como para pasar un fin de semana de relax. Posee unas extensas playas que difícilmente se puedan ver atiborradas de personas, aún en verano. Por ello es un rincón perfecto para una escapada, sobre todo quiénes viven en Barcelona.
Esta escapada la realizamos gracias a la colaboración de nuestros amigos de Escapadarural.com quienes nos ofrecieron la posibilidad de alojarnos en Kalima, una antigua casa modernista recientemente remodelada, situada justo frente a la playa de Caldetes. Con todas las comodidades para disfrutar de una escapada de relax de fin de semana. Pero definitivamente lo mejor es la posibilidad de dormir con el mar a la vista y el hipnótico sonido de las olas.